Cómo ganar dinero ‘online’ contando mentiras: guía práctica y sarcástica

Ignacio Segura
5 min readJan 12, 2017

¿Quieres ganarte la vida y no tienes ni el talento ni la intención de servir para nada de provecho para la sociedad? No pasa absolutamente nada, hay algo que seguro que sabes hacer: mentir. Todos los seres humanos sabemos contar mentiras, lo único que te hace falta si quieres hacer dinero es la más absoluta despreocupación por el daño que puedas causar.

Esto que te voy a contar no es ninguna técnica secreta, es un método probado que sostiene miles de medios de comunicación en todo el mundo a diario.

Para conseguir hacer negocio con este método tienes que tener claro el propósito de lo que haces en todo momento. Esto no lo haces por el bien del país, ni para conseguir justicia, ni para informar, ni para revelar una verdad, ni para homenajear nada. Lo haces por dinero, y sólo por dinero.

Necesitas tres cosas: una audiencia, una mentira, y un medio de comunicación online.

Una audiencia

Lo primero que necesitas es localizar la audiencia a la que pretendes dirigirte. La audiencia ideal es intransigente y de ofensa fácil, se toma a sí misma muy en serio, cree que tiene derecho a no ser ofendida nunca en ningún caso, tiene ganas de hacerse la víctima o de lanzar una cruzada en defensa de gente que no ha pedido ser defendida. Hablamos de gente que desea ver el mundo en blanco y negro, y que desea relacionarse con el enemigo por las malas.

Sólo queda elegir el extremo político al que te quieres dirigir. Los dos extremos te sirven, pero si estamos hablando de dinero, los conservadores manejan más pasta, así que son un target más atractivo para tus futuros anunciantes.

Pero ¿por qué es tan importante que la audiencia sea así? Especialmente, ¿por qué buscar su ofensa? Eso es importante porque esa audiencia te hará gratis el trabajo de propagar tu mensaje. Usarán las redes sociales, la pasarán por grupos de WhatsApp, se lo dirán a amigos y cuñados… la emoción de la ira les dará la energía para trabajar para ti sin pararse a pensar en por qué dices lo que dices.

Pero para lograr eso, necesitas el mensaje adecuado.

Una mentira

Pero no una cualquiera, aquí es donde tienes que afinar la puntería. Tiene que ser una mentira ofensiva, indignante, una mentira que le dé a tu audiencia ganas de quemar gente, una mentira que divida el mundo de forma perfecta entre «nosotros» y «ellos».

La mentira necesita dos sujetos: el elemento sagrado y el objetivo de tu odio.

El elemento sagrado es aquello que tu audiencia no quiere que nadie toque, ni mucho menos cambie. Te vale lo mismo el Toro de la Vega que la Semana Santa. No te andes con pamplinas del tipo «cierra un astillero en Sevilla», porque eso no tiene nada de sagrado. Tienes que ir a por algo que toque la fibra sensible de la gente, algo que movilice a 60.000 personas, como el Betis.

El objetivo de tu odio tiene que ser una diana gigante con patas. Si vas a dirigir la ira de tu audiencia contra alguien —y si quieres ganar dinero, eso es lo que harás—, ese «alguien» tiene que ser un blanco grande, fácil y claro. Puede ser una institución, pero es mejor cuando apuntas hacia un personaje público fácil de identificar.

Y recuerda que tu mentira tiene que ser simple, directa e impactante, una especie de pedrada verbal, que no haya que pensar para comprenderla. Si tu audiencia piensa, tú pierdes dinero.

El mecanismo para colar tu mentira es muy simple y está presente en todos los seres humanos. En psicología se conoce como sesgo de confirmación, que de forma muy resumida significa que estamos dispuestos a zamparnos cualquier cosa que confirme nuestra visión del mundo y a desestimar aquello que la contradiga, así que no te cortes. Tú sigue con la metáfora de la pedrada, cuanto más gorda la pedrada, más dinero vas a ganar. Tu audiencia se encargará de propagarla por todas las redes sociales, amigos, familiares, asociaciones…

Pro tip: Si quieres evitar problemas, es de importancia crítica que el objetivo de tu odio tenga menos abogados que tú.

Un medio de comunicación ‘online’

El medio de comunicación es la clave para capitalizar tu estrategia. Recuerda que en los medios de comunicación online no se cobra por leer las noticias, así que los lectores no son los clientes, porque no son los que sostienen el medio. Los clientes son los anunciantes.

Los lectores son el producto.

Así que necesitas un medio de comunicación para vender publicidad a tus anunciantes. A ser posible, busca aquellos que paguen por impresión, no por clics. Si has hecho todo lo que he dicho anteriormente, tendrás unos datos de audiencia bastante aceptables, y si no, puedes comprar tráfico para inflar tus números de audiencia. No serás el primero.

Además, ser un medio de comunicación da siempre un aura de credibilidad que un particular no tiene, aunque tu empresa tenga dos días. No es lo mismo decir «Pepe el del bar dice que ETA» que decir «Diario tal dice que ETA», sea verdad o mentira.

La cuestión ahora es que poner en marcha un medio de comunicación cuesta mucho dinero. ¿De dónde puede salir? ¡No irás a arriesgar de tu bolsillo! Si tienes claro a quién van dirigidas tus mentiras, puedes buscar financiación, en A o en B, de algún partido político al cual tus mentiras le resulten convenientes. Es un escenario win-win. No serías el primer medio de comunicación financiado en B por un partido político. Si quieres más detalles, Luis Bárcenas lo explica muy bien ante un juez.

Ese dinero, con muchos becarios, te puede llevar muy lejos.

Cómo funciona

Una vez que tienes un medio de comunicación con un nombre, un logo, sitio web y anunciantes que te dan una falsa cobertura de respetabilidad, puedes empezar a sacar el anzuelo de tus cuidadosamente preparadas mentiras a las redes sociales. Para maximizar tus resultados, céntrate en el mecanismo que genera el dinero. No necesitas que los visitantes se lean el artículo entero, no necesitas que lo entiendan, no necesitas que sea verdad, ni siquiera necesitas que estén de acuerdo contigo. Un visitante indignado vale tanto como uno contento. Lo único que importa es que abran la página web donde has puesto tu mentira y se imprima la publicidad. Todo lo demás es relleno.

Así que pon especial esfuerzo en el titular, que es donde está la magia. Tu dinero depende de que consigas escribir un titular incendiario en el que la gente haga clic para imprimir la publicidad que has vendido. El titular es lo único que la inmensa mayoría de la gente va a leer. El efecto de un buen titular es tan fuerte que puedes poner una cosa en el titular y otra en el cuerpo del artículo. Para cuando los pocos que se lo lean lo descubran, tu publicidad ya habrá salido en pantalla.

Pero antes de publicar tu mentira, recuerda otra vez: dispara siempre a gente con menos abogados que tú.

Conclusión

Las mentiras en prensa son estupendas. No hay que conseguir información ni verificar los hechos, se escriben más fácilmente y, si conoces bien a tu audiencia, te hacen ganar más dinero que la verdad. Los anunciantes no te pedirán cuentas, sólo quieren que su anuncio se imprima tantas veces como sea posible, el método no les importa. Es una fiesta, y por eso todos se suman: los periódicos, los anunciantes, las redes sociales. Grandes y pequeños participan de la fiesta mientras dure.

Durante esa fiesta, las mentiras se acaban convirtiendo en verdad, aunque los hechos digan otra cosa. Venezuela.

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Ignacio Segura

Graphic design nerd focused on all things visual and interactive. Currently working as consultant for World Bank.